Aud SCHUBERT: “La trucha” (Lied)
El Lied La trucha (op. 32 / D 550) es una canción con acompañamiento de piano del compositor Franz Schubert. Las dos primeras estrofas narran la observación de una trucha feliz en un riachuelo. En la tercera estrofa, un pescador la atrapa jugando sucio. Es una de las piezas más queridas del repertorio schubertiano porque el piano ofrece un acompañamiento muy animado y característico en seisillos.
- Canción (Lied en alemán) con acompañamiento de piano.
- Melodía simple con frases equilibradas y regulares.
- El piano interpreta una figuración rápida y ascendente (seisillo) que simboliza el rápido curso del agua.
- Texto poema en forma estrófica modificada con tres estrofas: las dos primeras son idénticas y la 3ª difiere en el inicio y el final es el mismo.
- Armonía en acordes consonante, diatónica; más oscura y cromática en la 3ª estrofa.
Retrato de F. Schubert
Lied La trucha
La canción, escrita en Re♭ mayor, pone música a un poema de C. F. D. Schubart un simpático texto sobre un pescador y una trucha.
La canción consta de tres estrofas de ocho versos cada una, y fue musicadas por Schubert según una estructura ternaria tipo bar (A A B).
Las dos primeras estrofas (estrofa A) constan de cinco frases musicales de dos versos cada una (pues los dos últimos versos son repetidos). La armonía empleada en esta estrofa es muy simple y estable: está basada en los grados principales (I, IV y V) y la dominante secundaria V/V en la frase a’.
La tercera estrofa (estrofa B) adopta un curso armónico más dramático e irregular, con cambios de textura pianística hasta que los dos versos finales recuperan la frase musical a” de la estrofa A, que es repetida como ocurría allí.
Traducción del texto
1. En el remanso de un arroyuelo,
correteaba alegremente
la juguetona trucha,
volando como una flecha.
Yo estaba en la orilla
y veía con dulce calma
el baño del vivaracho pececillo
en el claro arroyuelo.
2. Un pescador con su caña
se colocó en la orilla
y siguió con sangre fría,
cómo se contorneaba el pececillo.
Mientras el agua siga clara,
y no se enturbie, pensé,
no podrá pescar a la trucha
con su anzuelo.
3. Finalmente el ladrón se cansó
de esperar. El pérfido, enturbió
las aguas del arroyuelo
y antes de que me diera cuenta,
la caña respingó avisando
que enganchó al pececillo.
Y yo, con la sangre alterada,
Miré a la presa engañada.
Cuestionario Die Forelle: https://forms.gle/K9rp2HrrhD9qFYmu5