Aud  Tomás Luis de VICTORIA: Officium Defunctorum (Requiem) «Versa est in luctum»

A su regreso a España desde Roma en el año 1583, Victoria fue nombrado por el rey Felipe II maestro de capilla del Convento de las Descalzas Reales, hogar de la hermana del rey, la emperatriz María de Austria y Portugal. La emperatriz se había retirado al convento tras la muerte de su esposo, el emperador Maximiliano II. María muere en febrero de 1603, y Victoria compone en su memoria una Misa de Requiem, el Officium Deffunctorum, considerada por los especialistas como su obra cumbre.

El Officium Defunctorum consta de 10 secciones. Además de los movimientos propios de la Misa de Requiem, Victoria agrega tres piezas adicionales no pertenecientes a las secciones fijas de la misa pero relacionadas con otros momentos de la liturgia: Taedet animam meam, el motete Versa est in luctum, y un Responsorio.

El motete «Versa est in luctum» es una composición libre* (es decir, no combina el canto llano propio del canto gregoriano, monódico y de ritmo libre, con el canto polifónico, estructurado sobre un cantus firmus, como una melodía preexistente, como sí hacen el resto de las el resto de las secciones de la Misa). Está escrito para seis voces: dos sopranos, un alto, dos tenores y un bajo.

  • Versa est in luctum cithara mea
Estilo Texto en latín Texto en español
Polifonía Versa est in luctum cithara mea, et organum meum in vocem flentium. Parce mihi, Domine, nihil enim sunt dies mei. Mi arpa se ha transformado en luto y mi órgano en la voz de los que lloran. Perdóname, Señor, porque mis días no son nada.

 

Ya desde la Edad Media la Iglesia dio mucha importancia a la misa de difuntos. Dufay y Ockeghem fueron los primeros compositores en utilizar la polifonía para los oficios de difuntos. Sin duda, fueron los compositores españoles del siglo XVI como Cristóbal de Morales, Francisco de Guerrero, Tomás Luis de Victoria los que más escribieron este tipo de misas.
Este segundo Requiem de Victoria (su primer requiem fue publicado en 1533) es el más famoso de todos, una obra cumbre y el que más atención ha despertado por su inigualable calidad musical.

Además de su interés meramente musical la publicación de esta obra tiene un especial valor simbólico pues representa la última obra del compositor de Ávila, sino un adiós también a la propia música renacentista y a una época de gloria para nuestras artes (literatura, pintura, música, etc) que nunca más se habría de repetir.

Para muchos el Requiem de Victoria es la obra más representativa de la polifonía española renacentista. Gracias a su intensidad expresiva conseguida de la forma más sencilla emocionar como pocas. La tan repetida “austeridad” de Victoria alienta un discurso musical fluido, sereno, equilibrado.

 

Officium Defunctorum (Requiem) es una misa de difuntos para coro a seis voces del compositor español Tomás Luis de Victoria.

«El Officium Defunctorum de VICTORIA es brillante en sí mismo por lo poco que en él hay de artificial. No recurre a los adornos frívolos o al contrapunto virtuosístico practicado por los compositores flamencos de la época. En esta obra todo fluye con una sobria pero elegante naturalidad. La música está al servicio del texto, tal y como había quedado promulgado en el Concilio de Trento unos años atrás».

Fuente:

Deleyto Alcalá, I: Victoria: «Requiem para una epoca»