El romanticismo en la música (ca. 1810-1880)
- Durante el siglo XIX los materiales musicales utilizados por los compositores aumentaron considerablemente: los compositores románticos buscaron tener mayor libertad para diseñar y estructurar su música, y también buscaron una expresión de las emociones más intensa y personal.
- La música romántica se caracteriza por memorables melodías, una armonía ricamente expresiva y las formas amplias y dilatadas.
- Las armonías se enriquecieron con el uso más poderoso de las disonancia, la incorporación de notas cromáticas (notas fuera de la tonalidad).
- Las texturas musicales adquirieron más plenitud, densidad y peso.
- El piano experimentó mejoras técnicas y la orquesta creció en tamaño y sonido con la introducción de instrumentos nuevos y mejorados, ofreciendo a los compositores un espectro mucho más amplio en lo referente a alturas, dimámicas y timbres.
- Durante el periodo romántico se produjo un auge del solista virtuoso y de la música hecha por aficionados.
- Las mujeres dedicadas a la música lograron un elevado estatus en la sociedad como intérpretes, profesoras, compositoras y mecenas musicales.
Rasgos estilísticos románticos
El siglo XIX fue sobre todo el periodo en el que los músicos trataron de hacer cantar a sus instrumentos. Por ello, alguno temas de sinfonías, conciertos y otras obras instrumentales románticas se hayan transformado en canciones populares, pues la melodía romántica estuvo marcada por un lirismo muy atractivo. Melodías de compositores como Chopin, Verdi y Tchaikovski han gozado de una duradera popularidad.
La música del siglo XIX aspiró a una armonía cargada de emoción y sumamente expresiva. Compositores como Richard Wagner emplearon combinaciones de alturas más cromáticas y disonantes que las de sus precedesores. Los compositores románticos alargaron las grandes formas instrumentales que habían heredado de los maestros clásicos a fin de dar a sus ideas más tiempo para explayarse. Una sinfonía de Haydn o Mozart dura unos veinte minutos; una Tchaikovski, Brahms o Dvorak dura el doble.
A medida que los conciertos públicos formaron parte de la vida de las ciudades, la sinfonía se convirtió en el género más importante de la música orquestal, comparable a la novela en la literatura romántica. Como resultado, los compositores del siglo XIX abordaron la composición de una sinfonía con mayor reflexión. También aparecieron nuevas formas orquestales, entre ellas el poema sinfónico en un solo movimiento, la sinfonía coral y obras para voz solista con orquesta.
La expansión de la orquesta
Durante el periodo Romántico, el tamaño de la orquesta aumentó hasta alcanzar proporcionars inmensas.
- La sección de metales adquiere mucha importancia, peso y sonoridad; al inventarse el sistema de pistones o válvulas los instrumentos desarrollaron flexibilidad en su registro; Con la incorporación de la tuba esta sección estará formada por 4 trompas, 3 trompetas, 3 trombones y una tuba.
- La familia de madera (flautas, oboes, clarinetes y fagotes) pasaron de estar agrupados de a dos, a tres o cuatro instrumentos de cada tipo. Además comienzan a incluirse instrumentos de madera «adicionales» (pícolo, corno inglés, clarinete bajo y contrafagote) extendiendo así la altura, el volumen y el timbre de esta sección.
- La familia de percusión aumentan su variedad y color tímbrico.
- Con todas estas incorporaciones en los vientos y en percusión, la familia de cuerdas necesitan también aumentar el número de músicos en cada tipo de instrumentos para equilibrar el sonido de la orquesta.
La Revolución Industrial trajo consigo avances tecnológicos que hicieron posible crear instrumentos musicales más asequibles y de mejor respuesta lo que tuvo una enorme influencia sobre el sonido de la música romántica. Por ejemplo, el añadido de válvulas a los instrumentos de viento-metal los hizo mucho manejables, de manera que compositores como Wagner y Tchaikovski pudieron escribir para las trompas y las trompetas melodías que en épocas anteriores habrían resultado imposibles de interpretar. También se desarrollaron nuevos instrumentos, como el saxofón y la tuba.
La orquestación (la técnica de escritura para este conjunto instrumental) se desarrolló durante el siglo XIX: los compositores tenían ahora a su disposición una paleta tan amplia como la de los pintores y la emplearon para crear estados de ánimo y atmósferas y para producir profundas respuestas emocionales. Al fin de comunicar sus intenciones con la mayor precisión posible, los compositores desarrollaron un vocabulario de términos sumamente expresivos como dolce, cantabile, mesto (triste), maestoso, gioioso (gozoso) y con amore. Estos términos sugieren no sólo el carácter de la música, sino también el estado del ánimo del compositor.
Las mejoras en las técnicas de fabricación dotaron al piano de un marco de hierro colado y de cuerdas más gruesas que le dieron un tono más profundo y brillante. Oiremos cómo una obra para piano de Chopin o Liszt no suena igual que una de Mozart, no sólo porque el periodo romántico demanda una clase diferente de expresión, sino también porque los compositores escribían para un piano capaz de efectos sonoros antes imposibles.
Las principales ciudades de Europa abrieron nuevos conservatorios para la formación de músicos (más y con mejor formación) y, como resultado, los compositores del siglo XIX pudieron contar con intérpretes profesionales de destrezas técnicas.
La música se traslada del palacio y la iglesia a la sala de conciertos. Esto provocó que las orquestas aumenten en tamaño ofreciendo a los compositores un sonido más variado y colorista: nuevos instrumentos como el piccolo, el corno inglés y el contrafagot añadieron timbres distintos y ampliaron los extremos superior e inferior del registro orquestal.
El aumento del contraste dinámico entre la máxima sonoridad (fff) y la máxima suavidad (ppp) dota de un nuevo dramatismo a la música de los románticos.
Con todos estos avances dejó de ser factible dirigir una orquesta desde el teclado o desde el pupitre del primer violín, como había sido la tradición en el siglo XVIII, así que se hizo necesaria una figura central -el director– que guiara la interpretación.
Las características principales de la música del Romanticismo (1810-1910)
- Se intensifica la expresión de las emociones y los sentimientos personales del compositor, de su fantasía e imaginación. Esto necesita una mayor libertad de las estructuras formales (obras estructuradas sobre periodos de tiempo más extensos).
- Las melodías, unas tiernas y otras apasionadas, se hacen más líricas y emocionales.
- Las armonías se enriquecen con cromatismos y modulaciones rápidas y aventuradas.
- Las texturas musicales se hacen más densas.
- Se exploran registros musicales más amplios (altura, dinámica y timbres) a menudos con contrastes profundamente dramáticos, exagerados…
- El tamaño de la orquesta amplia, a veces llega a 80 instrumentistas. La sección de metales adquiere protagonismo y a veces protagoniza la textura.
- Una variedad rica de tipos de composición -desde otras para un solo instrumento, un pequeño grupo (piezas para piano, canciones (Lied), música de cámara) hasta trabajos que requieren estructuras amplias, con clímax dramáticos espectaculares que una enorme cantidad de músicos.
- A veces los compositores dan unidad y forma a obras mayores mediante el uso de temas y motivos que se repiten, a menudos transformados en cuanto a su carácter y el sentimiento que conllevan al reaparecer, como la transformación temática de Liszt y el leitmotiv de Wagner.
- Mayor virtuosismo técnico instrumental, especialmente en pianistas y violinistas, que se explota en conciertos y recitales.