La cultura durante la Edad Media

La Edad Media es un período larguísimo de la Historia Occidente. Suele dividirse en dos grandes periodos, el románico y el gótico, que suponen dos concepciones distintas del mundo; el primero recibió la influencia del feudalismo y el segundo coincidió con el gran cambio social al que se asistió con el nacimiento de las ciudades.

En la alta Edad Media (del siglo V al IX) se produjo un gran vacío musical. Todo estaba en contra de la evolución. En el ámbito social no había estabilidad: cada región tenía un señor feudal y las guerras eran constantes. La notable unión conseguida por el Imperio Romano había quedado disgregada y había muy poca comunicación entre las poblaciones. Hizo falta mucho tiempo para que hubiera unas mínimas garantías de supervivencia y la tranquilidad necesaria para que pudiera aflorar algún tipo de cultura.

Sólo una institución mantenía una cierta estabilidad y estructura organizativa donde poder dedicar algún tiempo a cultivar el espíritu: la Iglesia. Los monasterios eran focos donde se conservaban y copiaban las obras de la antigüedad y desde donde los monjes salían para predicar y enseñar a los campesinos. Por lo tanto, a la Iglesia le debemos la mínima continuidad musical con el legado de la Antigüedad greco-romana.

 

1. La función de la música religiosa en la sociedad medieval
Como la pintura mural, los bajorrelieves y tallas en los capiteles de las columnas, la música medieval tuvo una finalidad didáctica: inculcar en el pueblo creyente la actitud de oración y de contemplación. El canto gregoriano fue un canto unificado que nació precisamente para fortalecer el sentimiento de unidad cristiana de Europa. Era un canto de estilo monódico cantado en latín con ritmo libre o mejor dicho, dependiente del texto religioso que se cantara.

Los monasterios eran los únicos centros del saber. En ellos se enseñaba el trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica) y el quadrivium (Aritmética, Geometría, Música y Astronomía). Con la reforma del Cluny (siglo X) se expande el arte románico, que, junto con el latín como lengua oficial de la Iglesia y del saber se convierten en los verdaderos elementos unificadores de Europa.

 

2. Los códices medievales
Durante la Edad Media, la música eclesiástica (el canto gregoriano y sus derivados) fue conservada mediante la tradición oral, y una vez que fue posible escribir música, más o menos desde el siglo IX, los manuscritos que la contenían, llamados códices, fueron cuidadosamente copiados y custodiados durante siglos en iglesias y monasterios. Así se estableció una distinción clara entre música escrita y música popular transmitida por tradición oral, que hoy llamamos folclore.

En general, el público de esta música escrita, y por tanto más elaborada (artística, si se prefiere), se limitaba a los afortunados que podían disfrutarla en iglesias o cortes nobiliarias con la suficiente immportancia como para poder mantener una capilla musical, es decir, un cuerpo de cantantes contratados.

Por lo tanto, será durante el desarrollo del estilo románico la gran época de creación del canto gregoriano, también llamado canto llano que se extiende por Occidente durante toda la Edad Media.